martes, 2 de febrero de 2010

Gestionar la innovación para el cambio: Módulo Gestión de las Tic en las instituciones

A partir de las lecturas incluidas en el módulo “Gestión de las Tic en las instituciones” nos resultó posible indagar sobre unos de los aspectos nodales en la inclusión de tecnologías en la educación como lo son las implicancias de la innovación en la administración y en las prácticas pedagógicas dentro de la institución escolar.
De este modo en un primer momento, la reflexión se enfocó en considerar la multiplicidad de factores que deben tenerse en cuenta a la hora desarrollar la incorporación de tic en institución educativa: los roles que cumplen los distintos actores de la comunidad educativa, las nuevas funciones que se generan con la implementación de un proyecto educativo que incorpora herramientas tecnológicas y los nuevos roles a asumir dentro de la escuela.
Al respecto podemos señalar que según lo plantean M.T. Lugo y V Kelly (2008) el punto central de partida está dado por la idea de innovación que supone la planificación del proyecto que sustenta la inclusión de tecnologías. Las autoras señalan que “…ante todo la tarea de innovar en la escuela requiere de una claridad hacia el qué innovar, cómo y por qué” Sobre cómo innovar es posible identificar dos modelos; la innovación radical en la que se produce un corte con las prácticas precedentes o la innovación incremental en la que no se desplazan las prácticas anteriores sino que se capitalizan y readaptan a las nuevas prácticas en pos de una mejora de las acciones.
Para la gestión del cambio resulta imprescindible la realización de un diagnóstico, a partir del que será posible identificar: la realidad comunicacional de la organización, las características de los actores involucrados en el proceso de cambio, las tendencias, las debilidades y fortalezas de la institución, etc. sobre el que se fundará la planificación del proyecto.
En lo que respecta a los actores en la gestión de la integración de tecnologías en un proyecto educativo pueden identificarse distintos roles que cumplen en virtud del lugar que ocupan en el proceso de innovación. El rol del directivo: Por tratarse de una organización de tipo vertical, la institución educativa, requiere de un líder movilizador de los procesos de cambio. Se trata de un liderazgo que se debe sostener en los valores y los propósitos de la institución y que generen la movilización positiva del resto de los actores. Se trata entonces de (M.T. Lugo y V Kelly, 2008) “…gestionar un cambio respecto de las prácticas habituales, a través de la elaboración de un plan que guíe la innovación integrando las TIC” El rol del facilitador: Puede tratarse de un actor o de un conjunto de actores pertenecientes a la institución educativa, docente/s, estudiante/s o administrativo/s. Su tarea central se articula con la planificación propuesta por el directivo y tendrá la misión fundamental de generar entre el resto de los actores lazos que permitan el pasaje a un proyecto de trabajo participativo y cooperativo. Así como también la creación de redes de trabajo hacia el exterior de la organización con otras comunidades educativas. Estos dos roles se constituyen en los pilares de la innovación no solo en términos de liderazgo, sino más bien en términos de una transformación en la cultura institucional de la organización educativa. El rol del docente: Un proyecto de gestión de tic debe tener en cuenta la relación que existe entre los docentes y las tecnologías, si los docentes están familiarizados con su uso con fines pedagógicos o no y si tienen proyectos que contemplen nuevas prácticas de enseñanza aprendizaje centradas en un modelo innovador. El rol de los alumnos Estos actores, si bien se supone que están más relacionados en su vida cotidiana con las tecnologías deben estar contemplados dentro del proyecto pedagógico innovador como los destinatarios principales para quienes se deben elaborar propuestas que favorezcan el desarrollo de procesos cognitivos mediados por tecnologías y la construcción significativa y colaborativa del conocimiento. Una vez establecidos estos roles dentro del proyecto es necesario tener en cuenta otros aspectos tales como las características de los equipos informáticos existentes, su ubicación en la escuela, las condiciones de mantenimiento y actualización de los equipos, la conectividad etc. Estos aspectos no son menores, dado que deben estar considerados en consonancia con el proyecto pedagógico diseñado. De este modo, por ejemplo la conectividad adquirirá gran relevancia si el proyecto contempla la organización de redes de trabajo con otras instituciones educativas o la ubicación de los equipos resultará importante si el proyecto está pensado con un modelo uno a uno o un modelo aula TIC.
A continuación de este primer acercamiento a los ejes principales que caracterizan la gestión de las TIC en la organización educativa y los aspectos que han de tenerse en cuenta para iniciar un proceso de innovación entendiendo a las tecnologías como una oportunidad de innovación pedagógica nos dedicamos a profundizar sobre distintas propuestas de integración de TIC que se han desarrollado en América latina.
Los programas de integración de tecnologías que se han implementado en la región se han originado principalmente en: Iniciativas oficiales, dependientes de administraciones nacionales, provinciales o municipales ó en iniciativas de gestión privada. Si bien en muchos casos coexisten programas de ambos orígenes en una misma región, es necesario destacar que la variable del origen del programa determina el alcance que ha tenido la implementación de los mismos. Esto es, planes que apuntaban simplemente al equipamiento de las instituciones educativas o programas que buscaron fomentar iniciativas de innovación pedagógica mediante el armado de redes institucionales involucradas en un mismo proyecto pedagógico de incorporación de tecnologías, así como también, capacitación de los actores intervinientes en el proceso de cambio.
Como conclusión de la reflexión sobre la gestión de las tecnologías de la información y la comunicación en las instituciones educativas nos resultó de gran importancia la charla con Valeria Kelly quien organizó la exposición de esta problemática en tres ejes que resultan ámbitos de acción o de toma de decisiones: a) la cuestión institucional, b) la gestión del aula y c) la gestión macro o de las políticas TIC. En cuanto al primer aspecto, puso especial énfasis en pensar a la institución educativa como un microcosmos, es decir, un ámbito social con sus propias dinámicas de funcionamiento, sus actores, y fundamentalmente su propia cultura. En lo que respecta a los distintos modelos de incorporación educativa de las tecnologías distinguió tres modelos que resultan coexistentes: El aula de tic (modelo de laboratorio de informática); el aula con tic ( modelo de aula equipada con pizarrón electrónico, cañón, etc) y alumno con tecnología o también llamado modelo uno a uno ( cada estudiante está provisto de un equipo informático portátil).Estos modelos responden a criterios que deben tomarse desde el punto de vista pedagógico que se basa en relación al tiempo como recurso educativo. También se refirió al rol clave del directivo a la hora de gestionar el cambio, un papel central no sólo para la planificación, como nos referíamos más arriba, sino a la hora de escuchar las resistencias al cambio y de integrar estos puntos de vista aparentemente adversos en el proyecto educativo. Otra actividad central a desarrollar por el equipo directivo es afianzar institucionalmente la experiencia de cambio mediante el desarrollo de estrategias tales como la documentación del proyecto implementado para fomentar así la multiplicación de experiencias más allá de la rotación de los actores y las distintas instituciones.
En lo que refiere a la gestión de las tic en el aula planteó es interesante pensarlo en términos de competencias, es decir las competencias que deben desarrollar los distintos actores involucrados en el proceso, tanto directivos, como docentes y estudiantes. Pensar las tic en el aula adquiere dos sentidos; un sentido político que está ligado a la idea de inclusión y equidad en la calidad educativa y un sentido netamente pedagógico que tiene que ver con dos grupos de competencias en tensión que favorecen las tecnologías por un lado, favorecen los procesos de autonomía en la construcción del aprendizaje y por otro facilitan el desarrollo de proyectos y aprendizajes colaborativos. Estos dos polos resultan necesarios para integrar las tic desde un sentido pedagógico.
También en este momento de la reflexión se dedicó a comentar la falsa dicotomía que se ha dado en el debate educativo en cuanto a si las tecnologías deben ser incluidas como un espacio curricular o como un contenido transversal. Para Kelly a esta altura de la evolución de la historia de las tecnologías, vertiginosa por cierto, no hay dudas de que los proyectos deben ser pensados en términos de contenido transversal. También señaló que hay una variedad de dispositivos que son tecnologías tales como los celulares, los mensajes de textos, los mp3 etc. La pregunta de cierre de este eje fue la necesidad de pensar ¿que estamos haciendo en el aula? y ¿Cómo y porque se usa la tecnología? para establecer y fomentar un uso significativo y una apropiación de la tecnología.
En lo que atiende a la cuestión de las políticas en tecnología con la última reforma educativa se ha iniciado el proceso y una falencia aún es la capacitación para la formación de formadores. Iniciativa que se ha dado en términos incipientes recientemente con el apoyo del Infod. Un aspecto central para la formación docente es pensarla en términos de desarrollo de competencia tales como: Aspectos sociales de las tic, aspectos técnicos, aspectos curriculares y pedagógicos y aspectos de trabajo en red.
Estos tres ejes en los que se ordenó la charla son tres cuestiones absolutamente interdependientes y hacen en definitiva al contexto de integración de tecnologías en el aula.

Bibliografía
Dede, Ch. (2000) “Incorporación progresiva de las innovaciones educativas”, en Aprendiendo con tecnología, Barcelona, Paidós.

IIPE-UNESCO (2006) INTEGRA. Políticas públicas para la inclusión de las TIC en los sistemas educativos de América Latina. Buenos Aires, disponible en www.oei.es
 

Lugo, M,T y Kelly, V (2008) “ La gestión de las tic en las escuelas: el desafío de gestionar la innovación”
 

Pérez, P (2001) “Aprendiendo de los pioneros. Una investigación de las mejores prácticas de la red TELAR”, en Bonilla, M y Cliche, G (ed) Internet y sociedad en América Latina y el Caribe. Quito, FLACSO, 2001.



Implicancias de Enseñar y aprender en redes

Con el transcurso de las lecturas recomendadas en el módulo “Enseñar y aprender en redes” hemos podido dilucidar algunos de los aspectos centrales que hacen a las propuestas de enseñanza y aprendizaje bajo modalidades mixtas.
En un primer momento, nos detuvimos a indagar sobre los escenarios y formas intermedias a través de las que es posible complementar la enseñanza presencial con entornos educativos en red. En un segundo momento, nos ocupamos de profundizar los aspectos que hacen a la gestión de los proyectos formativos en red así como las particularidades que asumen el rol docente y el rol del estudiante en las propuestas de enseñanza-aprendizaje mediadas por tecnologías. Finalmente, abordamos un aspecto central para pensar el diseño, producción e implementación de escenarios virtuales de formación; las estrategias de evaluación de aprendizajes en estos contextos educativos.
Uno de los conceptos que nos resultan centrales en el tratamiento de esta temática resulta el anglicismo “blended learning” equivalente a la noción de aprendizaje mixto, mezclado o simplemente modalidad de aprendizaje semipresencial en español. El artículo de García Aretio nos provee de una definición muy clara al respecto. Dice el autor acerca de esta modalidad de enseñanza y aprendizaje: “trataría así, no de buscar puntos intermedios, ni intersecciones entre los modelos presenciales y a distancia, sino integrar, armonizar, complementar y conjugar los medios, recursos, tecnologías, metodologías, actividades, estrategias y técnicas..., más apropiadas para satisfacer cada necesidad concreta de aprendizaje, tratando de encontrar el mejor equilibrio posible entre las variables curriculares” En este sentido el autor señala claramente que se trata de un modelo de enseñanza aprendizaje integrados dónde resulta primordial la tarea docente que es el actor que diseña y desarrolla el proceso de enseñanza. Tras esta definición podemos identificar dos dimensiones centrales: Por una parte, el rol docente en la planificación de la enseñanza y por otra parte la necesidad del desarrollo de estrategias que articulen óptimamente las instancias presenciales de aprendizaje con las instancias a distancia. Ambas se ven concatenadas en la reflexión acerca del rol docente ya no como trasmisor de conocimiento sino como guía, diseñador y creador de escenarios educativos que promuevan el aprendizaje significativo. García Areito, plantea al respecto que “…un altísimo porcentaje del éxito de las acciones formativas estriba en la figura del docente, en el modelo pedagógico que este asuma, en su formación, motivación y en la eficiente utilización de los medios tecnológicos más adecuados para cada situación didáctica concreta.”
Es en estos escenarios en que las tecnologías se convierten en un recurso que posibilita la concreción de distintos objetivos de enseñanza y aprendizaje planteados previamente por el docente y además coadyuvan a configurar un nuevo rol del estudiante en donde este ya no es un receptor de contenidos sino un productor y constructor de conocimientos.
A propósito de Internet y las TIC como recurso cada vez más naturalizado socialmente Echeverría (2000) refiere a la configuración de un nuevo espacio social que produce nuevos escenarios no solo para el estudio y la docencia sino también para la interrelación de los sujetos, el entretenimiento y la investigación. El autor denomina a este escenario como “tercer entorno”.
“El nuevo espacio social tiene una estructura propia, a la que es preciso adaptarse. El espacio telemático, cuyo mejor exponente actual es la red Internet, no es presencial, sino representacional, no es proximal, sino distal, no es sincrónico, sino multicrónico, y no se basa en recintos espaciales con interior, frontera y exterior, sino que depende de redes electrónicas cuyos nodos de interacción pueden estar diseminados por diversos países. De estas y otras propiedades se derivan cambios importantes para las interrelaciones entre los seres humanos, y en particular para los procesos educativos”.
Ahora bien, las tecnologías además de transformar los entornos sociales y los roles del estudiante y el docente también impactan en una instancia educativa no menor como lo es el proceso de evaluación sumando nuevos desafíos para los actores involucrados en este momento de enseñaza-aprendizaje.
Aquí entendemos a la evaluación en el sentido introducido en la sesión 3 del módulo como “un proceso sistemático e intencional por el cual, en función a ciertos criterios, se trata de obtener información para poder formular un juicio y tomar decisiones con respecto a lo que se ha evaluado. En este sentido, la evaluación es un proceso de recolección de información que juzga o valora de acuerdo a algunos criterios para luego tomar decisiones.”
La evaluación estará siempre sujeta a los objetivos de enseñanza aprendizaje, entonces es necesario pensar este momento de modo que resulte consistente con el diseño educativo propuesto, es decir que la integración de la mediación tecnológica en las actividades educativas implican necesariamente su consideración en las instancias evaluativas.
En este sentido las propuestas educativas que integran las instancias presenciales de aprendizaje con instancias a distancia cuentan con varios recursos susceptibles de ser aplicados para no omitir ninguno de los dos momentos en la consideración evaluativa. Uno de estos recursos es el portafolio digital: “Un portafolio didáctico es la historia documental estructurada de un conjunto (cuidadosamente seleccionado) de desempeños que han recibido preparación o tutoría, y adoptan la forma de muestras del trabajo de un estudiante que sólo alcanzan realización plena en la escritura reflexiva, la deliberación y la conversación” (Lyons, 1990: 18)
Los portafolios son una herramienta que permiten hacer una evaluación del proceso de enseñanza aprendizaje tanto de parte del docente como por parte del estudiante mismo.
Con esta herramienta es posible percibir el proceso de aprendizaje en su totalidad a partir de las distintas producciones realizadas a lo largo del período educativo.
A partir de los planteos de Camillioni (1998) podemos recuperar aspectos necesarios a tener en cuenta para la evaluación en una propuesta mixta algunos de ellos son:
Con respecto a la mejora de los procesos de enseñanza y de aprendizaje: La inclusión de TIC permite el desarrollo de procesos de pensamiento y habilidades que deben evaluarse en las formas mixtas de enseñanza.
En cuanto a la actitud de los docentes: El blended-learning amplía los canales de comunicación. Adquiere efectividad el feed-back y la palabra del estudiante "es necesaria " para que el proceso se desarrolle.
En relación a la producción de los alumnos: Es uno de los ejes del blended-learning, si está ausente el proceso carece de sentido. La presencia real está mediada y la ausencia visual de gestos y lenguajes corporales permite mostrar el pensamiento antes que el cuerpo.
En lo que hace al registro de errores, fracasos y las causas de ambos: “recopilación de evidencias”, según la definición de portafolios Agra, Gewerc y Montero (2002).
En cuanto a las conclusiones de sostenidas en la evaluación: Las conclusiones sobre el proceso que emprende el estudiante serán constantes, permitiendo la modificación de las conclusiones construidas por los docentes y de las elaboradas por ellos mismos.
Sobre la importancia de combinar instrumentos diversos: Permiten dilucidar la participación, los ritmos de aprendizaje, la responsabilidad, elaboración de contenidos, establecimiento de relaciones más o menos complejas entre conceptos, relación teoría-práctica, selección e interpretación de información, de consignas, entre otros.
El apoyo en principios didácticos fuertes: Importante para sostener el diseño de instrumentos y definición de criterios de evaluación coherentes con la teoría de enseñanza seleccionada.
De este modo, enseñar y aprender en redes implica necesariamente la relación y articulación de la didáctica, la tecnología educativa, la psicología de la educación y las nuevas tecnologías.
Bibliografía


AREA MOREIRA M. (2000) “¿Qué aporta Internet al cambio pedagógico en la educación superior?” Universidad de La Laguna. En R. Pérez (Coord): Redes multimedia y diseños virtuales. Actas del III Congreso Internacional de Comunicación, Tecnología y Educación. Universidad de Oviedo. Septiembre 2000, pgs. 128-135.

AGRA M. J., GEWERC, A., MONTERO, L (2002) El portafolios como herramienta de análisis en experiencias deformación on line y presenciales. Universidad de Santiago de Compostela

CAMILLONI, A. Y OTRAS (1998), La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo, Paidós, Buenos Aires.