martes, 2 de febrero de 2010

Implicancias de Enseñar y aprender en redes

Con el transcurso de las lecturas recomendadas en el módulo “Enseñar y aprender en redes” hemos podido dilucidar algunos de los aspectos centrales que hacen a las propuestas de enseñanza y aprendizaje bajo modalidades mixtas.
En un primer momento, nos detuvimos a indagar sobre los escenarios y formas intermedias a través de las que es posible complementar la enseñanza presencial con entornos educativos en red. En un segundo momento, nos ocupamos de profundizar los aspectos que hacen a la gestión de los proyectos formativos en red así como las particularidades que asumen el rol docente y el rol del estudiante en las propuestas de enseñanza-aprendizaje mediadas por tecnologías. Finalmente, abordamos un aspecto central para pensar el diseño, producción e implementación de escenarios virtuales de formación; las estrategias de evaluación de aprendizajes en estos contextos educativos.
Uno de los conceptos que nos resultan centrales en el tratamiento de esta temática resulta el anglicismo “blended learning” equivalente a la noción de aprendizaje mixto, mezclado o simplemente modalidad de aprendizaje semipresencial en español. El artículo de García Aretio nos provee de una definición muy clara al respecto. Dice el autor acerca de esta modalidad de enseñanza y aprendizaje: “trataría así, no de buscar puntos intermedios, ni intersecciones entre los modelos presenciales y a distancia, sino integrar, armonizar, complementar y conjugar los medios, recursos, tecnologías, metodologías, actividades, estrategias y técnicas..., más apropiadas para satisfacer cada necesidad concreta de aprendizaje, tratando de encontrar el mejor equilibrio posible entre las variables curriculares” En este sentido el autor señala claramente que se trata de un modelo de enseñanza aprendizaje integrados dónde resulta primordial la tarea docente que es el actor que diseña y desarrolla el proceso de enseñanza. Tras esta definición podemos identificar dos dimensiones centrales: Por una parte, el rol docente en la planificación de la enseñanza y por otra parte la necesidad del desarrollo de estrategias que articulen óptimamente las instancias presenciales de aprendizaje con las instancias a distancia. Ambas se ven concatenadas en la reflexión acerca del rol docente ya no como trasmisor de conocimiento sino como guía, diseñador y creador de escenarios educativos que promuevan el aprendizaje significativo. García Areito, plantea al respecto que “…un altísimo porcentaje del éxito de las acciones formativas estriba en la figura del docente, en el modelo pedagógico que este asuma, en su formación, motivación y en la eficiente utilización de los medios tecnológicos más adecuados para cada situación didáctica concreta.”
Es en estos escenarios en que las tecnologías se convierten en un recurso que posibilita la concreción de distintos objetivos de enseñanza y aprendizaje planteados previamente por el docente y además coadyuvan a configurar un nuevo rol del estudiante en donde este ya no es un receptor de contenidos sino un productor y constructor de conocimientos.
A propósito de Internet y las TIC como recurso cada vez más naturalizado socialmente Echeverría (2000) refiere a la configuración de un nuevo espacio social que produce nuevos escenarios no solo para el estudio y la docencia sino también para la interrelación de los sujetos, el entretenimiento y la investigación. El autor denomina a este escenario como “tercer entorno”.
“El nuevo espacio social tiene una estructura propia, a la que es preciso adaptarse. El espacio telemático, cuyo mejor exponente actual es la red Internet, no es presencial, sino representacional, no es proximal, sino distal, no es sincrónico, sino multicrónico, y no se basa en recintos espaciales con interior, frontera y exterior, sino que depende de redes electrónicas cuyos nodos de interacción pueden estar diseminados por diversos países. De estas y otras propiedades se derivan cambios importantes para las interrelaciones entre los seres humanos, y en particular para los procesos educativos”.
Ahora bien, las tecnologías además de transformar los entornos sociales y los roles del estudiante y el docente también impactan en una instancia educativa no menor como lo es el proceso de evaluación sumando nuevos desafíos para los actores involucrados en este momento de enseñaza-aprendizaje.
Aquí entendemos a la evaluación en el sentido introducido en la sesión 3 del módulo como “un proceso sistemático e intencional por el cual, en función a ciertos criterios, se trata de obtener información para poder formular un juicio y tomar decisiones con respecto a lo que se ha evaluado. En este sentido, la evaluación es un proceso de recolección de información que juzga o valora de acuerdo a algunos criterios para luego tomar decisiones.”
La evaluación estará siempre sujeta a los objetivos de enseñanza aprendizaje, entonces es necesario pensar este momento de modo que resulte consistente con el diseño educativo propuesto, es decir que la integración de la mediación tecnológica en las actividades educativas implican necesariamente su consideración en las instancias evaluativas.
En este sentido las propuestas educativas que integran las instancias presenciales de aprendizaje con instancias a distancia cuentan con varios recursos susceptibles de ser aplicados para no omitir ninguno de los dos momentos en la consideración evaluativa. Uno de estos recursos es el portafolio digital: “Un portafolio didáctico es la historia documental estructurada de un conjunto (cuidadosamente seleccionado) de desempeños que han recibido preparación o tutoría, y adoptan la forma de muestras del trabajo de un estudiante que sólo alcanzan realización plena en la escritura reflexiva, la deliberación y la conversación” (Lyons, 1990: 18)
Los portafolios son una herramienta que permiten hacer una evaluación del proceso de enseñanza aprendizaje tanto de parte del docente como por parte del estudiante mismo.
Con esta herramienta es posible percibir el proceso de aprendizaje en su totalidad a partir de las distintas producciones realizadas a lo largo del período educativo.
A partir de los planteos de Camillioni (1998) podemos recuperar aspectos necesarios a tener en cuenta para la evaluación en una propuesta mixta algunos de ellos son:
Con respecto a la mejora de los procesos de enseñanza y de aprendizaje: La inclusión de TIC permite el desarrollo de procesos de pensamiento y habilidades que deben evaluarse en las formas mixtas de enseñanza.
En cuanto a la actitud de los docentes: El blended-learning amplía los canales de comunicación. Adquiere efectividad el feed-back y la palabra del estudiante "es necesaria " para que el proceso se desarrolle.
En relación a la producción de los alumnos: Es uno de los ejes del blended-learning, si está ausente el proceso carece de sentido. La presencia real está mediada y la ausencia visual de gestos y lenguajes corporales permite mostrar el pensamiento antes que el cuerpo.
En lo que hace al registro de errores, fracasos y las causas de ambos: “recopilación de evidencias”, según la definición de portafolios Agra, Gewerc y Montero (2002).
En cuanto a las conclusiones de sostenidas en la evaluación: Las conclusiones sobre el proceso que emprende el estudiante serán constantes, permitiendo la modificación de las conclusiones construidas por los docentes y de las elaboradas por ellos mismos.
Sobre la importancia de combinar instrumentos diversos: Permiten dilucidar la participación, los ritmos de aprendizaje, la responsabilidad, elaboración de contenidos, establecimiento de relaciones más o menos complejas entre conceptos, relación teoría-práctica, selección e interpretación de información, de consignas, entre otros.
El apoyo en principios didácticos fuertes: Importante para sostener el diseño de instrumentos y definición de criterios de evaluación coherentes con la teoría de enseñanza seleccionada.
De este modo, enseñar y aprender en redes implica necesariamente la relación y articulación de la didáctica, la tecnología educativa, la psicología de la educación y las nuevas tecnologías.
Bibliografía


AREA MOREIRA M. (2000) “¿Qué aporta Internet al cambio pedagógico en la educación superior?” Universidad de La Laguna. En R. Pérez (Coord): Redes multimedia y diseños virtuales. Actas del III Congreso Internacional de Comunicación, Tecnología y Educación. Universidad de Oviedo. Septiembre 2000, pgs. 128-135.

AGRA M. J., GEWERC, A., MONTERO, L (2002) El portafolios como herramienta de análisis en experiencias deformación on line y presenciales. Universidad de Santiago de Compostela

CAMILLONI, A. Y OTRAS (1998), La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico contemporáneo, Paidós, Buenos Aires.

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